Diócesis de Temuco

Presbiterio de Diócesis San José de Temuco renovó sus Promesas Sacerdotales en Misa Crismal

Fue  presidida por nuestro Obispo Diocesano, Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, acompañado de los Sacerdotes y Diáconos de nuestra diócesis. En su homilía, nuestro Pastor, señaló  sobre la bendición del Santo Crisma y los demás Óleos que se utilizan para los diversas sacramentos y los Sacerdotes renuevan sus Promesas Sacerdotales, » En esta liturgia, con los diferentes signos, contemplaremos la acción de Dios en favor de su pueblo.  Acción de Dios que llega de muchas formas, libremente, como solo Él quiere y que también llega a nosotros de forma sacramental», señaló.

Manifestó que en la historia de la salvación, Dios se ha mostrado apasionado con el ser humano, «Él tiene hambre y sed del amor del ser humano; el amor reclama amar, permanecer en lo que simplemente es. Dios ama y quiere que vivamos en el amor, lo expresa el mandamiento principal». 

Señaló además que para la acción de Dios en favor de su pueblo, Dios llama colaboradores,  dispensadores, » Dios elige y llama a quien quiere,  para que lo sigan y le sirvan.  Desde el tiempo de Jesús se llamaron discípulos y apóstoles, algunos de esos nombres fueron cambiando, pero el fin es el mismo, discípulos, obispos y presbíteros o sacerdotes y también los diáconos. Somos ministros para el servicio del Pueblo de Dios».

Sacerdote y su Ministerio

El obispo diocesano, resaltó en sus palabras que: » El centro de esta liturgia, es el Hijo de Dios, el ungido por el Espíritu Santo,  que nos hace partícipes de su consagración para bien de todo su pueblo, de ahí deriva todo». Enfatizando que por la unción, el sacerdote se configura en su ser con Cristo, que es Sacerdote, Cabeza, Pastor y Servidor.

En celebración de la Misa Crismal, monseñor Jorge, destacó que: «La vida del sacerdote y su ministerio, están esencialmente enraizados en la Eucaristía «.

Nuestro Obispo, Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, señaló, además que «El Sacerdote,  llamado a conformar su corazón, su mente y toda su vida a la de Cristo, que ha venido a servir con misericordia, debe ser cercano tanto a Dios como a los hombres, para mostrar y llevar a los hombres y mujeres al Reino de Dios».

En esta celebración, nuestro Pastor, manifestó que la elección, el servir al Señor en su Pueblo, » Exige radicalidad y exclusividad. Es lo que nos enseña el testimonio de vida del mismo Jesús, que fue célibe y libre en todo sentido, que hizo su familia los hombres y mujeres que se acercaban y querían escuchar su palabra o recibir de Él una curación, que le pedían que les sacara los malos espíritus o que les diera una bendición y aquellos que hacen la voluntad de su Padre (…) la unción sacerdotal, nos une a Cristo también y, especialmente, en su propia misión. Sus ministros también somos ungidos para anunciar la Buena Noticia a los pobres de todo el mundo». 

Es una responsabilidad grande y hermosa, monseñor Jorge expresó que: » Debemos recordar también que no estamos solos en esta misión, me parece pertinente las palabras del Papa Francisco en Evangelli Gaudium, sobre el protagonismo de Cristo Jesús en la obra de la salvación».

Al concluir su homilía, nuestro Pastor recuerda a todo el Pueblo de Dios que: » Él está siempre con nosotros hasta el fin del mundo, queridos hermanos Sacerdotes,  Unidos al Pueblo de Dios y a su Obispo,  el mismo Señor dador de todo bien,  renueve en cada uno, el amor valiente y generoso con que un día le dijeron sí cuando Él los llamó a este gran ministerio, que renueve también el deseo de ser fieles al amor de Dios por todos y cada uno y renueve el compromiso por la unidad la comunión y el servicio de su Iglesia».

Y que este Pueblo de Dios de Temuco, » El Señor encuentre discípulos y misioneros para seguir anunciando su nombre y la Buena Noticia de su Reino para gloria de Dios y también de nosotros». 

Tras finalizar la homilía, los Sacerdotes renovaron sus Promesas que asumieron al ser llamados al Orden Sagrado, junto a la comunidad congregada e invitados a orar por ellos. El obispo, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, saludó a cada sacerdote en un gesto fraterno de Pastor.

Presentación de los SANTOS ÓLEOS

En el Ofertorio, se presentaron los Santos Óleos, el primero fue el de los Catecúmenos, Óleo que es para  fortalecer a quienes serán bautizados, preparándose para las exigencias de la fe y protegiéndolo contra las insidias del maligno. A continuación, se presentó el Óleo de los Enfermos, que es materia del Sacramento de la Unción de los Enfermos, que robustece el cuerpo y el alma de aquellos que son aquejados por dolencias físicas, o de quienes sienten la debilidad propia de su edad avanzada.

Y el SANTO CRISMA,  Óleo con el cual, se unge a los recién bautizados, los confirmados, las manos de los presbíteros son ungidas, la cabeza de los obispos y se ungen los muros de las Iglesias y los altares en su Dedicación.

Los hermanos Edith y Jerónimo Pincheira Catrileo de la comunidad parroquial de La Anunciación del Señor, llevaron al Altar, el Pan y el Vino.

Bendición

El Obispo bendijo primero el Óleo de los Enfermos, con el que la Santa Madre Iglesia, en nombre de Cristo, hace sentir el consuelo de Dios a quienes sufren en el cuerpo y en el espíritu. Luego, el Óleo de la Catecúmenos y la consagración del Santo Crisma, «Pidamos a Dios Padre Todopoderoso, que bendiga y santifique este Crisma para que cuantos sean ungidos externamente con él, también reciban esta unción interiormente y los haga dignos de la divina redención», el obispo sopló sobre el Óleo, junto a la oración de consagración que dijo el Obispo,los Sacerdotes, extendieron su mano derecha hacia el Crisma, momento de mucha solemnidad y silencio.

Al concluir la Misa Crismal, monseñor Jorge, agradeció a todos y se brindó un aplauso a los sacerdotes. Resaltando además, la destacada participación del coro de los Misioneros Catequistas de Boroa, grupo conformado por laicos que participan en la Congregación de las Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa y que a su vez participan de diversas actividades pastorales en parroquias de la región y el país.

Es dirigido por Guido Saavedra Espinoza, misionero, médico veterinario, docente universitario, profesor de guitarra y tenor en el coro sinfónico UCT,  quien junto a la misionera Nancy Ramírez, misionera, estudiante de medicina, convocaron a los instrumentistas y cantantes de la agrupación, sumando a agentes pastorales de la Diócesis de Temuco, Villarrica y el vicariato de Aysén.

El coro nace en base a personas que vivieron el campamento de las hermanas misioneras y luego forman parte de la congregación en fraternidades a lo largo del país, desde Santiago hasta la Junta del Vicariato de Aysén y se congregan para cantar en el aniversario de la congregación que es el 17 de Febrero.