Con más de 1,5 millones de refugiados sirios, el Cardenal Rai, cabeza visible de la Iglesia maronita unida a Roma, está preocupado por el futuro de su país. Así lo señaló a la delegación de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), que viajó recientemente a ese país.
«Por lo que se refiere a la convivencia entre musulmanes y cristianos en Líbano, no hay problemas. Todos los libaneses quieren la convivencia; nuestro gran problema son los refugiados sirios, que son más de 1,5 millones. Por supuesto que ayudarlos es una obligación humanitaria. Y la Iglesia hace mucho; pero en su gran mayoría, son musulmanes sunitas, que pueden ser explotados, política y religiosamente, por los sunitas libaneses», dijo el Cardenal.
El Cardenal lamentó además las consecuencias económicas del gran número de refugiados sirios para Líbano. «Los sirios quieren comer, naturalmente; por eso trabajan a precios más bajos que los libaneses; por esto, los libaneses pierden su trabajo. Abren negocios en los que venden a precios más bajos que los de las tiendas libanesas; por eso, algunos libaneses han emigrado». Además —continuó diciendo— las consecuencias sociales y culturales son graves. «¿Qué queda a la larga del Líbano y de la cultura libanesa si en nuestro país viven más de millón y medio de sirios?», se preguntó preocupado el Cardenal. «Por supuesto que esto tiene también consecuencias para los cristianos en Líbano. Los cristianos quieren libertad y vivir bien; por ello venden sus posesiones y emigran. El peligro de que el Oriente Próximo pierda lentamente la presencia cristiana crece. Occidente ha de ser consciente de la gravedad de la situación».
El Cardenal hizo un llamado a AIS para que advierta a los políticos occidentales sobre la situación de los cristianos en Oriente Próximo. «Los políticos tienen que entender que la guerra en Siria ha de terminar. La comunidad internacional tiene que dejar de fomentar y alimentar la guerra. El tráfico de armas tiene que terminar. Tienen que dejar de lado su orgullo y sentarse a la mesa para encontrar una solución política. Pero su orgullo no lo permite, pues tras el orgullo se esconden intereses económicos como el gas y el petróleo». Grupos islámicos extremistas como ISIS, Al Qaeda y al Nusra han sido creados por Estados occidentales y árabes, que les proporcionan dinero y armas, para emplearlos como instrumentos para sus intereses económicos y políticos, cree el Cardenal Rai. «¿Es que vinieron caídos del cielo? Pero ahora se han convertido en un arma contra todo el mundo».
El Cardenal Rai señaló también que los musulmanes de Medio Oriente necesitan a Jesucristo y los valores del Evangelio. «¿Qué oyen los musulmanes actualmente en Oriente Próximo? Guerra, odio, persecución, asesinatos, expulsiones, fundamentalismo. Pero hemos de oír cosas como paz, justicia, derechos humanos, respeto a la vida, fraternidad, libertad y respeto al otro. Necesitan el antídoto del evangelio de Cristo. Tienen que oír otro lenguaje. Aquí no se habla de paz; se habla de guerra y odio». En este contexto, denominó el Año de la Misericordia, que comienza en otoño, un «gesto profético» del Papa Francisco. «No hay misericordia en el mundo; pero el mundo necesita misericordia, sobre todo hoy en día. Rezamos para que los cristianos podamos ser apóstoles y héroes de la misericordia».
El Patriarca dio expresamente las gracias a los benefactores de AIS por su generosidad y su apoyo. «Agradezco a los 600.000 benefactores de todo el mundo sus oraciones y su ayuda material. En nombre de todos los cristianos de Oriente Próximo les expreso mi reconocimiento. Ustedes representan la misericordia de Dios y son testigos de esta misericordia en esta región elegida por Dios».