En el día de la solidaridad, el vicario de pastoral social de la Diócesis San José de Temuco, Pbro. Giglio Linfati, celebró la Santa Misa el 18 de agosto, en el Templo Catedral, para recordar la pascua y obra de nuestro santo chileno.
En su homilía, el padre señaló: » Un hombre apasionado por su evangelio y testigo de su amor por los pobres, a quienes amorosamente llamaba sus Patroncitos. Él decía: “Yo sostengo que cada pobre, cada mendigo es Cristo en persona, que carga con su cruz”, esas palabras nos hacen eco cada día en nuestra sociedad (…) Chile cambia, pero hay cosas que no cambian”…¿Podemos estar tranquilos? Ante esta pregunta recordemos sus palabras y visualicemos nuestro entorno, aún estamos viviendo la Pandemia, la lluvia y el frío nos han hecho vivir un crudo invierno, nuestro país está en procesos de cambios importantes y ellos, siguen ahí, hoy más que nunca están presentes en nuestra sociedad, en albergues, en las ollas comunes, en la calle donde muchas veces no los vemos. Pidamos al Señor por todos los Patroncitos, de nuestro Chile también, por quienes sienten misericordia y cuidan de ellos, dándole un plato de comida, una cálida cama que los cobija y un amoroso corazón que los acoge».
Profundizó sus palabras en recalcar que: «Celebramos el 70 aniversario de la muerte del P. Hurtado, santo chileno que inspiró la creación del Día de la Solidaridad(SOLIDARIDAD, una palabra que hoy reclama presencia transversal en todos los niveles de nuestra Patria, también en sus estructuras socio jurídicas). San Alberto a través de su vida comprendió lo que significa ser prójimo para los demás, en especial, para los más pobres, a ejemplo de Jesús mismo, que se hizo prójimo para los excluidos de su sociedad y mostró con sus palabras y gestos que Dios también les ama y que son los preferidos en su Reino».
En la presentación de dones, usuarios de los programas del Hogar de Cristo, presentaron la imagen de su fundador San Alberto Hurtado, un texto de despedida escrito por la poetisa y Premio Nobel de Literatura Chilena Gabriela Mistral y una rama de aromo. Además, Caritas llevó ante el Altar, un cuadernillo, que representa los planes de intervención con cada uno de los participantes de programas; niños, niñas, hombres y mujeres en situación de calle, personas mayores, migrantes y una canasta de alimentos que representa esta caricia de la Iglesia, lo que es Caritas para los más necesitados de nuestra sociedad.