Diócesis de Temuco

Sor FELICITAS y el amor al prójimo

La Misa funeral de la querida Sor Felicitas, fue el jueves 24 de noviembre, en la capilla del Hogar de Ancianos Nuestra Señora del Carmen, morada que la cobijó por más de 70 años, dando amor y dedicación a tantas personas, “ Nuestra querida Sor Felícitas, que vivió y sirvió en esta comunidad religiosa de Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, con el deseo de seguir a Jesucristo por la senda de la caridad perfecta, siendo en la Iglesia una señal de los cielos nuevos y de la tierra nueva que Dios ha preparado para los que aman y se dedican a los hermanos”.

En su despedida, fue acompañada por muchos sacerdotes, sus hermanas de congregación y fieles quienes, con gratitud, oraron por su descanso, “Pidamos al Padre de las misericordias, por intercesión de la Santísima Virgen, Nuestra Señora del Carmen, de San José, de Santa Teresa Jornet Ibars, y de todos los Santos, que acoja a su sierva y le conceda tomar parte en la felicidad de los justos”.

Hija Ilustre de Temuco

Sor Felícitas nació en Cayma, Perú, el 05 de junio de 1926, realizó su postulantado en Arequipa, Perú el 08 de agosto de 1943, el noviciado en Lima, Perú el 24 de junio de 1944, votos temporales en Lima, Perú el 24 de junio de 1946 y sus votos perpetuos en Lima, Perú el 24 de Junio de 1949. Su último destino en su país natal fue en Cajamarca, Perú el 30 de agosto de 1946, llegando a este Hogar de Temuco el 31 de Julio de 1949.

“ Son tantas y tantas las anécdotas, las vivencias, las experiencias en su larga vida, 96 años y de ellos 73 en su querido Chile y en Temuco donde la obediencia le destinó desde los 23 años y Dios le permitió permanecer hasta el final de su vida terrena, sembrando siempre unión, humildad, sacrificio, siempre desplegando su carisma, el  cuidar cuerpos para salvar almas y son tantos y tantos los recuerdos que se podrían mejor expresar y compartir, por algo en el año 81 le dieron el galardón de Hija Ilustre de Temuco; son reconocimientos humanos que dicen mucho, pero todo nos lleva a decir GRACIAS DIOS por todo lo que sembró y la huella que deja entre nosotros con su vida de amor y para el amor. Fue una Hermanita de una entrega absoluta al Señor”.