Diócesis de Temuco

Un nuevo capítulo para la Universidad Católica de Temuco: Formando profesionales íntegros para el bien común de La Araucanía y el país 

Escribe: mons. Jorge Concha Cayuqueo, obispo Diócesis San José de Temuco

En La Araucanía, la Universidad Católica de Temuco inicia un nuevo capítulo en su historia  institucional con el liderazgo de la Rectora Marcela Momberg Alarcón. Como Gran Canciller de esta  casa de estudios, reafirmo nuestra misión de formar profesionales íntegros, con valores cristianos y  un compromiso profundo con el bien común. Hoy, más que nunca, la educación debe responder a  los desafíos urgentes de nuestra sociedad con mirada crítica, esperanza y vocación de servicio. 

Nuestra región enfrenta grandes desafíos que no pueden ser ignorados. La precariedad en el acceso  a la vivienda, la salud y la educación sigue afectando a muchas familias, mientras que la falta de  infraestructura básica limita las oportunidades de desarrollo. La universidad no puede ser ajena a  esta realidad; por el contrario, tiene el deber de formar profesionales que, desde su conocimiento  y compromiso ético, trabajen activamente por la transformación social. La educación no es solo una  herramienta para el progreso personal, sino también un motor de cambio para toda la comunidad. 

Nos encontramos en tiempo de Cuaresma, un periodo de reflexión, reconciliación y compromiso  con quienes más lo necesitan. La Cuaresma nos invita a renovar nuestra entrega por los demás y a  preguntarnos cómo podemos contribuir a una sociedad más justa y solidaria. Desde nuestra  universidad, este llamado nos convoca a reforzar nuestra responsabilidad social y a educar con una  mirada que ponga en el centro la dignidad de cada persona. Más que títulos o competencias  técnicas, queremos formar seres humanos íntegros, capaces de construir una región y un país donde  la equidad y el respeto sean principios inquebrantables. 

La Universidad Católica de Temuco ha sido y seguirá siendo un espacio de encuentro entre la fe, la  razón y la cultura. Nuestra identidad cristiana no es solo un rasgo institucional, sino un compromiso  con el desarrollo de la región, con la formación de jóvenes que, desde su vocación, puedan aportar  a la construcción de un Chile más humano y fraterno. Es nuestra responsabilidad asegurar que la  educación superior sea un derecho accesible para todos, especialmente para aquellos que  provienen de contextos vulnerables. 

El cambio de rectoría para el periodo 2025-2029 es un momento clave para fortalecer nuestra  misión y proyectarnos hacia el futuro con renovada energía. Trabajando juntos y en un modo colaborativo amplio podemos abrir nuevas oportunidades para los hijos e hijas  de La Araucanía y del país, mostrándoles que un futuro con más posibilidades es posible. La  educación es un camino de esperanza, y en este caminar, los valores cristianos nos guían para servir  con amor y compromiso.  La misión de transformar nuestra  realidad no recae solo en las instituciones, sino en cada uno de nosotros. Que este tiempo de  Cuaresma nos inspire a trabajar con humildad y generosidad por una Araucanía más justa y solidaria,  donde la educación sea siempre un puente hacia la dignidad y la esperanza.