La Iglesia da testimonio de su fe sirviendo a las personas y a la sociedad, y esto se organiza principalmente en las parroquias y capillas de nuestra Diócesis San José de Temuco. Para que este servicio sea eficaz, se requiere contar con los medios materiales necesarios, particularmente en momentos difíciles de pandemia y sus consecuencias, cuando las personas golpean las puertas de tu Iglesia buscando refugio en Dios y acompañamiento material y espiritual.
Ante esta situación tan compleja y difícil, te invito a ser solidario con nuestras Parroquias, a buscar los medios para poder seguir aportando con tu 1 %, también haciendo alguna ofrenda, y así poder seguir sustentando este servicio que brota de las exigencias del evangelio.
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Contribución del 1%: ¿Qué es?
Para que la Iglesia disponga de medios materiales que la constituyen como signo visible en este mundo, es necesario que todos los fieles que la integran contribuyan a proveerla con parte de sus bienes; al hacerlo su aporte queda elevado al orden sobrenatural al ser parte integrante de un sacramento de salvación. Por eso ningún dinero tiene mejor destino que el que se ofrece para que la Iglesia desarrolle su misión. Esta es la “Contribución a la Iglesia”.
¿Para quién es este llamado?
Este llamado va dirigido a los bautizados, sin distinción de edad, nacionalidad, estado civil, educación, profesión o lugar de residencia.
Específicamente a los católicos practicantes que valoran el accionar de los sacerdotes, catequistas y voluntarios que trabajan bajo el alero de la iglesia.
La iglesia siempre está en nuestras vidas, acompañándonos en las etapas más importantes, en las fiestas religiosas o regularmente en la misa dominical: la Iglesia siempre está presente para acogernos con cariño.
Todos estamos llamados a participar contribuyendo con el 1% según nuestro corazón y nuestros medios: un padre de familia puede dar el 1%, un joven puede dar algo de su mesada, incluso los niños pueden comprometerse.
No existe aporte demasiado pequeño, o demasiado grande. La verdadera medida que da valor a lo que damos a la iglesia, es el amor con que lo hacemos.
La misión de la Iglesia es anunciar la buena noticia del amor incondicional de Dios para todos y cada uno de los seres humanos, expresado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios.
¿Por qué aportar?
- Porque la Iglesia depende exclusivamente de los aportes voluntarios de sus fieles para poder desarrollar su misión.
- Porque si los católicos no ayudamos al sostenimiento de su Iglesia, ¿Quién lo hará?
- Porque aún existen grandes necesidades que la Iglesia no puede afrontar por falta de fondos.
¿Cómo desarrolla la iglesia esta misión?
- Dando culto a Dios, fundamental razón de nuestro existir
- Celebrando los sacramentos: Eucaristías, Bautizos, Matrimonios.
- Educando en la fe: al catequizar, predicar, desarrollar misiones pastorales
- Desarrollando obras de caridad y apostolado
- Dando un sentido a nuestra vida
- Acogiendo y acompañando a los hombres y mujeres de hoy
¿Quiénes realizan esta misión?
- Sacerdotes y diáconos que nos guían en nuestro conocimiento y experiencia del Evangelio
- Religiosos y religiosas que ayudan a nuestros pastores en su labor.
- Sacerdotes ancianos, que nos han dado tanto y que continúan apoyándonos a través de su oración.
- Seminarios y seminaristas diocesanos
- Laicos remunerados que trabajan en las parroquias
- Laicos, voluntarios y catequistas no remunerados
¿Para qué requiere la iglesia de medios materiales?
- Para remunerar dignamente a los sacerdotes, diáconos, religiosos/as.
- Para proveer de los elementos necesarios para celebrar los sacramentos
- Para anunciar el Evangelio y financiar la pastoral entregando a los voluntarios los medios materiales necesarios para esta misión
- Para ayudar a los necesitados
- Para acompañar a los jóvenes en su búsqueda, a los enfermos en su dolor
- Para construir y mantener templos y lugares de oración
Sin nuestro aporte, la Iglesia no puede realizar su misión de anunciar el Amor de Dios por todos los hombres.