Diócesis de Temuco

(Video) Rito de Admisión de 25 Hermanos al Diaconado Permanente

El sábado 22 de agosto, desde la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Victoria, en la celebración de la Santa Misa, se realizó la ceremonia de Admisión e Institución de Ministerios al Diaconado, de la Diócesis San José de Temuco, celebración efectuada con todas las medidas de seguridad que determina  el Ministerio de Salud por la pandemia.

La Santa Misa se inició con la entonación del canto de entrada, luego en la Liturgia de la Palabra, la Primera Lectura fue del libro de Isaías 9, 1-6. Tras el canto del aleluya, se efectuó la lectura del Santo Evangelio, que fue de San Lucas 1, 26-38.

Tras el coro de aclamación, se anuncia el rito de admisión de los aspirantes como candidatos al diaconado, instancia donde el Director de la Escuela de Diáconos Permanente, efectuó la presentación de los candidatos a los ministerios del Lectorado y Acolitado, “Puedo dar testimonio, basándome en el conocimiento experimentado en estos cinco años de formación, que se han esforzado en su formación, con gran esfuerzo y responsabilidad, de cara a Dios nuestro Señor, que los ha llamado, y al santo Pueblo de Dios al que quieren servir”.

Momento muy especial que continuó con palabras del obispo y su bendición, acto seguido fue la entrega del alba, ornamento propio, de quienes ejercen un Ministerio en la Sagrada Liturgia, donde fueron revestidos con la ayuda de sus esposas y familiares.

Monseñor Héctor Vargas, al iniciar su homilía, señaló: “ Quiero decirles que este es un día muy hermoso, un día lleno de esperanza para la Iglesia, para nuestra Diócesis, a sus comunidades, también para ustedes, en su vida personal, en su vida vocacional y a sus familias.

Es un día en que realmente nos sentimos llamados a dar gracias al Señor por este don tan grande de poder contar con nuevos ministros al servicio de su pueblo en ámbitos tan esenciales como es el de la Eucaristía y la proclamación de la Palabra y esto es un itinerario después de casi 5 años que los va encaminando al ministerio del diaconado , ministerio que es fundamental y esencialmente de servicio y dentro de este servicio con una priorización muy grande a quienes lo necesitan sobre todo a los pobres, a los humildes y a los vulnerables, por lo tanto un saludo muy grande a ustedes, a sus esposas, un saludo muy cariñoso a sus hijos que les han venido también acompañando en este proceso con tanta fe, con tanto cariño y también dándoles la fortaleza necesaria que les ha permitido a ustedes perseverar”.

“Las Sagradas Escrituras son, sobre todo en la proclamación litúrgica, fuente de vida y de fuerza, por lo cual el amor a las Escrituras contribuye al vigor y renovación de todo el pueblo de Dios. Cuando las Escrituras son leídas en la Iglesia, Dios mismo está hablando a su gente, y Cristo, presente en su propia palabra, proclama el Evangelio. Por lo tanto, todos deben escuchar con reverencia las lecturas de la Palabra de Dios, ya que ellas constituyen un elemento de gran importancia en la Liturgia. Por medio de la Palabra, Dios se revela a sí mismo y da a conocer su voluntad y su propósito redentor (…) La proclamación de la palabra de Dios es verdaderamente un servicio a la Iglesia. Los lectores presentan la palabra viva de Dios a la asamblea de la comunidad de fe que se reúne”.

Agregó: “ Siendo un ministerio en el cual la fe del ministro está presupuesta, este ministerio deberá de aumentar la fe en aquellos que escuchan la palabra que se proclama (…)El Acólito, destinado de modo particular al servicio del altar, aprenda todo aquello que pertenece al culto público divino y trate de captar su sentido íntimo y espiritual”.

Posteriormente, entregó algunos criterios teológicos pastorales, que dan un contexto dentro del cual están llamados a vivir los ministerios.

Al finalizar su homilía, el obispo los invitó a la Profesión de Fe.

A continuación, en la Institución de Lectores, tras el Rito de Admisión, dentro de su proceso de formación al Diaconado Permanente, recibieron el Ministerio del Lectorado, con esta acción se les envía a ser mensajeros de la Palabra de Dios. Acto seguido con la exhortación del Obispo y la bendición de manos de nuestro Pastor a los nuevos lectores, quienes la acogieron de rodillas. Seguido con la entrega del libro de la Sagrada Escritura.

Terminado el rito de Lectorado, se efectuó el Ministerio del Acolitado, quienes de rodillas los instituidos recibieron de manos del obispo la bendición. Luego, los nuevos acólitos, tomaron de nuestro obispo, simbólicamente, el Pan que se consagró y los copones.

Los candidatos al diaconado provienen de distintas Parroquias y son:

Del Decanato de Angol:

Marcelino del Carmen Belauzarán Leal, de la Parroquia Inmaculada Concepción, Angol

Luis Enrique Obreque Vivanco, de la Parroquia Cristo Rey, Angol

Juan Luis Fonseca Seguel, de la Parroquia San Juan Bautista, Huequén

Roberto de Jesús Jaque Hidalgo, de la Parroquia San Luis Gonzaga, Collipulli

Francisco Miguel Rifo Rodríguez, de la Parroquia San Enrique, Purén

Lorenzo del Carmen San Martín Fuentes, de la Parroquia San Juan Bautista, Huequén

Joaquín Antonio Arriagada Stuardo, de la Parroquia Los Santos Ángeles Custodios, Los Sauces

Del Decanato de Victoria:

José Eduardo Basly Erices, de la Parroquia La Merced, Victoria

Jaime Roberto Agurto Leal, de la Parroquia Sagrado Corazón, Traiguén

Manuel Adolfo Cáceres Setien, de la Parroquia Sagrado Corazón, Victoria

Pedro Rudy Celis Villalobos, de la Parroquia San Sebastián, Lonquimay

Del Decanato de Imperial:

Rodrigo Alfonso Silva Alvarado, de la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen,  Chol Chol

Manuel Cifuentes Labrín, San Miguel, Imperial

Del Decanato de Temuco Norte:

Sergio Ricardo Mella Medina, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Pedro Antonio Vega Bustos, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Leonardo Javier Hernández Zapata, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Manuel Arturo Soto Ubilla, de la Parroquia Perpetuo Socorro, Temuco

Luis Cortes Valladares, de la Parroquia Jesús Obrero,  Temuco

Luis Alberto Muñoz Villar, de la Parroquia Jesús Obrero,  Temuco

Decanato de Temuco Sur:

Andrés Miguel Duarte Catalán, de la Parroquia Santiago Apóstol,  Temuco

Dorian Cánovas Mellado, de la Parroquia La Anunciación del Señor, Temuco

Juan Gerardo Ross Contreras, de la Parroquia La Anunciación del Señor, Temuco

José Neftalí Carrasco Rojas, de la Parroquia Santiago Apóstol,  Temuco

Heriberto de la Cruz Vilches Jara, de la  Parroquia Santiago Apóstol, Temuco

Idelfonso  Ramírez Fonseca, de la Parroquia Jesús de la Misericordia, Labranza

Al culminar la Santa Misa, Eduardo Basly Erices, brindó palabras de gratitud  a monseñor Héctor Vargas Bastidas, por su apoyo en este proceso y a todos quienes fueron parte de este caminar que se basa en el servicio y ayuda al prójimo, rumbo que comienza al diaconado permanente. Cabe destacar, la gratitud a la comunidad mercedaria por brindar el espacio y acogida en esta celebración.

TESTIMONIOS

Leonardo Javier Hernández Zapata, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

» Este rito es un estímulo para permanecer, perseverar, ir armando cada vez mayor voluntad de poner a disposición nuestro virtuosismo en pos del servicio. Desde ya, varios hermanos han destacado por su exploración en torno al  servicio a la iglesia, participando en la pastoral carcelaria, ollas comunes, acción solidaria, atención a enfermos; asimismo, ser admitidos como candidatos al diaconado permanente es un estímulo materializado por los dos ministerios menores que se confieren (simultánea y extraordinariamente debido al contexto de confinamiento): poder desde ya servir en el altar y proclamar la Palabra  en la celebración eucarística. Quiera Dios mantenernos dispuestos, alerta a oír las variadas necesidades de las hermanas y hermanos de la región, que al convertirnos por la caridad, vayamos también transformando nuestro entorno para alabanza del Señor y su Iglesia.

Tras cuatro años de escuela, los candidatos al diaconado hemos generado en cada uno un lazo de afecto sin comparación. Hemos aprendido a conocernos, valorarnos y cuidarnos. El contexto actual también ha servido para acentuar la necesidad de encontrarse y seguir aprendiendo sobre Cristo, su Iglesia, su Amor infinito. Somos un grupo de más de veinte hombres, cuál de ellos más especial. Hemos vivido experiencias muy fuertes, pero fuerte también ha demostrado ser nuestro vínculo con el Señor.

Ser parte de esta escuela es una bendición: se trata de un grupo que podría juntarse los fines de semana a hacer decenas de otras actividades comunes a nuestros congéneres; pero no, Cristo nos mantiene cautivos y parece que no le queremos soltar, tampoco. Esta clase, en particular, se destaca por su compañerismo y disposición a apoyarse”

Dorian Cánovas Mellado, de la Parroquia La Anunciación del Señor, Temuco

Solo puedo dar gracias a Dios por este día, darle gracias, por todo el tiempo transcurrido hasta hoy, con alegrías y momentos de mucho pesar, pero hoy es motivo de gran alegría vivir…este día. El Rito de la Admisión a la Escuela al Diaconado Permanente, recibir los ministerios del Lectorado y Acolitado, de forma extraordinaria, los dos en una misma ceremonia, agradecer por esto también a Monseñor Héctor Vargas.

He llegado al convencimiento que la tarea de un Diácono si bien está en la Liturgia, en el altar, lo central está en el servicio a la Iglesia que espera en nuestros barrios, con su realidad, ser fermento en la masa, provocar transformación en esas realidades. Jesús camina con nosotros y nos invita a asumir nuestra propia realidad personal y comunitaria, a tomar nuestra cruz, seguirle y ser parte de una Iglesia sencilla, pequeña, acogedora y diversa y que allí encuentre su verdadera riqueza en coherencia al Evangelio de Jesús”.

Luis Enrique Obreque Vivanco, de la Parroquia Cristo Rey, Angol

Servir en la Iglesia es un regalo, aún mayor en estos tiempos donde parece que la desesperanza se toma los escenarios en tantas almas, donde hay necesidades materiales y espirituales, es la tarea que nos dejó el Señor, porque el ejercicio de la caridad es el servicio, sin distinciones o colores y aquí estamos para servir. Indudablemente un gran paso en este camino de formación y discernimiento, agradezco primero el llamado del Señor, su acompañamiento en la ruta, también mencionar al padre Sandro Leonelli que me instó a ir más allá, a atreverme y responder,al padre Guillermo Rojas por su apoyo, a nuestros formadores, presbíteros y diáconos quehan guiado este proceso. A Cecilia, mi esposa, y mis hijos por su apoyo firme y decidido paraque esté recibiendo estos signos de mi compromiso. Quiera el Señor que todos los que nos comprometemos sigamos caminando juntos.El Señor ha llamado he dicho si con mis fortalezas y debilidades, más Él mismo dará la fuerza”.

 Andrés Miguel Duarte Catalán, de la Parroquia Santiago Apóstol,  Temuco

“Para mí el  Diaconado, me lleva a transformarme a semejanza de Cristo, en un servidor de todos, colaborando en la labor de la Iglesia, haciéndola visible en aquellos espacios en donde no puedan llegar los presbíteros, hacerla cercana en los ministerios de la Eucaristía, en su distribución, entregar el consuelo y ayuda al más necesitado, a aquellos que se encuentran como dice nuestro Papa Francisco “en las periferias existenciales”.  Colaborar en la incorporación de nuevos cristianos a través del Sacramento del Bautismo, bendiciendo el Matrimonio núcleo importante de nuestra sociedad.  Por intermedio de la Proclamación del Evangelio, dar a conocer a nuestros hermanos la palabra del Señor,  llegando a aquellas personas que están necesitados y poco esperanzados.

A ser una persona que a semejanza de Cristo y de la Virgen María me dedique por sobre todo a servir al prójimo.

Hay muchos agradecimientos que dar, al Señor por haber colocado a nuestro lado a  personas cercanas para señalar esta ruta, a mis hijos y esposa que han dado su consentimiento para este servicio, a mi familia Rancagüina que sigue mi caminar desde allá, a mi amigo el Padre Pancho García-Huidobro, por sus consejos y cercanía y, cómo no agradecer a los Sacerdotes y Diáconos Formadores de la Escuela de Diaconado año 2016.

Soy un convencido que el Señor va señalando caminos, depende de uno si los quiere reconocer; también nos muestra senderos que muchas veces son difíciles de ver con los ojos, más bien hay que reconocerlos con el corazón a la luz de la fe”.

Manuel Adolfo Cáceres Setien, de la Parroquia Sagrado Corazón, Victoria

Cada cristiano ha recibido el Don, entre otros, para usarlo en el servicio hacia los demás. Nosotros descubrimos nuestros dones mientras servimos y lo hacemos prestando ayuda y asistencia a quien lo necesita sin importar su condición social; lo hacemos por el gran amor verdadero que sentimos por Dios y su Hijo Jesucristo. Siempre habrá necesidades y hoy más que nunca, siempre hay mucho trabajo por hacer desde la evangelización hasta los trabajos más pequeños, a lo cual todos estamos llamados a realizar.

Es una alegría inmensa, un hermoso sentimiento de agradecimiento a Dios por lo que hace por mí, pero también una gran responsabilidad de poder acompañar  como el Señor quiere. Es una bendición no sólo para mí, sino también para mi familia especialmente para mi compañera de viaje, mi esposa,que me acompaña y apoya en todo este proceso”.