Con una cálida y emotiva misa en la Parroquia San Enrique de Purén se conmemoró a la Congregación Hijas de Santa Ana, religiosas que cumplieron en el mundo los 150 años de su fundación presente en los cinco continentes.
Junto con dar inicio a la segunda semana de Adviento, tiempo que se nos invita a vivir una experiencia en el dinamismo de la fe, nos exhorta a ponernos de pie, subir a las alturas y mirar al Oriente; se nos pide disponibilidad y empeño para emprender la marcha hacia el Padre celestial, por los caminos de la justicia y de la Misericordia de Dios, las Hijas de Santa Ana pequeña parte de la Iglesia, en y con la Iglesia se celebra la apertura del Jubileo de 150 años de la fundación de esta Congregación Religiosa y misionera; fundada, por la Beata Ana Rosa Gattorno, Esposa y madre, viuda a los 27 años, mujer íntegra con una fe firme como diamante en medio de las dolorosas pruebas de la vida, coloca un oído en la sociedad histórica que le toca vivir y el otro oído, lo coloca en el corazón de Dios, confiada en el amor del Padre providente que permite todo para nuestro bien, se pone de pie, no sin dificultades para hacer de su fe un servicio incondicional a los hermanos, la cual un 08 de Diciembre de 1866 funda la Congregación en Plasencia – Italia. A su muerte 06 de Mayo de 1900 Madre Rosa había abierto más de 300 casas en diferentes lugares del mundo.
Las Hijas de Santa Ana junto a toda la familia espiritual en este tiempo, están llamadas a evocar el pasado de los orígenes, que son memoria y profecía, del carisma para el servicio de todos, especialmente los más abandonados, viviendo con coherencia las promesas hechas al Señor Jesús, para continuar con audacia sobre las huellas de Madre Rosa, testimoniar el amor materno y misericordioso de Dios.
Hermanas Luisa, Clara y Adela, religiosas de esta congregación se sintieron gratamente sorprendida por el cariño, afecto y amor recibido por toda la Asamblea que asistió a esta solemne Eucaristía del pasado domingo 6 de diciembre en donde el templo parroquial rebosante de feligreses aplaudieron incansablemente a las tres consagradas misioneras que día a día recorren las calles y campos de nuestro Purén para asistir a los enfermos, necesitados, ancianos y familias vulnerables, llevándoles la Palabra y Cuerpo de Dios hasta sus hogares.
“Para nosotras es muy grato ver el templo lleno, queremos agradecer en nombre de toda la familia religiosa Hijas de Sta. Ana, el que ustedes hayan acudido a nuestra invitación, a nuestra cita a este encuentro con el Señor y los hermanos. Estamos muy agradecidas y emocionadas, en especial de nuestro párroco que nos acoge; de nuestros diáconos que siempre nos demuestran el cariño y de todos ustedes, porque esta presencia es signo del amor de Dios a los hermanos. Gracias por todo y que el Señor les bendiga abundantemente”- expresó la hermana Clara con voz entrecortada por la emoción.
“150 años con audacia y profecía, sobre las huellas de Rosa Gattorno sirviendo a la humanidad, ofreciendo a los hermanos más pobres apoyo y consolación, cuidando de los pequeños, a todos materna atención” … fueron las palabras introductoras al fraternal saludo que la comunidad le interpretó con mucha alegría en el momento que se les hizo entrega a cada una de ellas un bouquet de flores en manos de nuestro sacerdote padre Carlos Aedo Méndez y los diáconos Javier Cofré y Héctor Castro mientras los feligreses les brindaron calurosos aplausos de gratitud y gracias a estas religiosas que el año 2016 cumplen bodas de plata en sus 25 años en nuestra parroquia.
Fuente: Francisco Riffo.
Fecha: 12/12/2015.