Al atardecer del lunes 8 de Julio, el Destacamento de Montaña N° 8 Tucapel, del Ejército de Chile, realizó su Vigilia de Armas, en el Templo Catedral de la ciudad de Temuco, cuyo inicio se dio con los acordes de nuestro Himno Nacional, dando ingreso a la Catedral el Estandarte de Combate del Destacamento Tucapel.
El Juramento a la Bandera, ha tenido siempre raíces en la Divinidad. Los hombres de todos los tiempos han invocado a Dios como testigo de sus promesas o juramentos para demostrar su veracidad.
La unión de la Virgen María con la bendición del Ejército y la entrega del bastón del mando del Mariscal, es un todo que compromete dicho juramento. Allí está el fundamento del primer juramento de los Soldados de nuestra Patria.
Este juramento es el gran momento, en que el soldado se entrega a su pueblo para servirlo, por sobre el interés material, incluso con la personal disposición de dar la vida, si es necesario.
Es así, que Oficiales, Clases y Soldados Conscriptos, que juraron en esta emotiva celebración, están entregándose para siempre a ser los caballeros de la paz, y ellos, solamente se construyen, dando todo en su servicio diario a la Patria.
Por su parte, el Pastor Juan Miranda González, capellán Evangélico del Destacamento N° 9 “Arauco”, dirigió una reflexión en esta Vigilia de Armas.
Tras la lectura del Santo Evangelio, en sus palabras, monseñor Héctor Vargas Bastidas, señaló: “ Ustedes van a realizar un compromiso que es para siempre, para toda la vida y lo hacen en un contexto cultural y de corriente de pensamiento que dicen que hoy en día todo es desechable, que nada es para siempre (…) Aquí hay un grupo de jóvenes que se quieren comprometer para siempre a servir a la Patria y lo hacen por Dios y la Bandera, incluso hasta dar la vida si fuese necesario, y llama profundamente la atención porque cuestionan a muchísimos que hoy en día las cosas las entienden de otra manera, otra vez tocamos con la cultura que se vive, donde cada vez más, a más le interesa menos el resto, una cultura cada vez más individualista, más egoísta donde cada vez cada uno piensa más en sí mismo, en sus propios beneficios, intereses, exige encarnizadamente el respeto de sus derechos pero donde no les importa el derecho de los demás, o la vida o sufrimiento del resto. También hay algo que llama profundamente la atención porque ustedes al llevar a cabo su juramento lo hacen ante Dios, por eso es juramento sino sería solo una promesa, pero cuando se jura, se hace sólo ante Dios, es decir, invoco a Dios como testigo para que sea validado por toda la sociedad.
Hoy en día todas las instituciones estamos cuestionadas y justamente cuestionadas y un tema de fondo tiene que ver con la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se predica y lo que se vive, esta coherencia que deja ver entre fe y la vida”.