Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, Obispo Diócesis San José de Temuco, en la columna dominical publicada en el Diario Austral, saluda a todas las madres en la celebración de su día.
Damos razón de nuestra esperanza si nos amamos unos a otros y el amor se expresa de múltiples formas. A los cristianos no nos falta la oportunidad para dar testimonio de que en la enseñanza de Cristo está nuestra esperanza, más aún, que Él es nuestra esperanza. Justamente, en este domingo, Jesús se dirige a sus amigos para recordarles la centralidad del amor en las relaciones de unos a otros. Dar razón de la esperanza cristiana, desde el amor a Dios y a los hermanos, es tarea en todo tiempo, y en circunstancias complicadas se puede hacer más difícil, pero es más necesario: es cuando se prueban nuestras convicciones más profundas. Jesucristo se probó en el desierto, en Getsemaní y no desvió la dirección de su camino hasta llegar a la Cruz. Será siempre un ejemplo y un aliciente. «No hay amor más grande que el dar la vida por los amigos» (Jn 15, 13).
Hay muchas expresiones de amor verdadero y auténticamente generoso, que parte del pensar y buscar sólo el bien en los demás. Hace un par de días celebramos el día de la madre que hoy Domingo es festejado en las familias, donde muchos hijos e hijas, se reúnen junto a ellas o la siguen recordando tras su partida. Junto a la gratitud del gran amor de la madre y de muchas que sin serlo han cumplido ese hermoso rol con igual generosidad, tenemos también la oportunidad de reconocer y valorar el ejemplo de esta sublime expresión de amor.
En los próximos días, nuestra Iglesia en Chile celebrará el día del Catequista, que en su mayoría son mujeres, que transmiten el conocimiento, el amor y la fe del Hijo de Dios, Jesucristo nuestro Señor. Son principalmente mujeres que, con amor y generosidad, llevan adelante la vitalidad a través de múltiples servicios de la vida comunitaria. Esto mismo se da en muchos ámbitos de nuestra vida comunitaria y social en general. El servicio al bien de los demás es la característica que mueve a muchas personas en su entrega a los demás. El servicio auténtico es expresión de amor.
María, bendita entre todas las mujeres, que dio a luz al autor de la vida, por voluntad de Dios, interceda por todos y todas para que acojamos con sencillez y humildad el mensaje de su Hijo, y que podamos testimoniar con verdadero servicio el don de la esperanza que nos anima.