El domingo día del Señor en la misa de Fundo del Carmen de Temuco, en la parroquia Santísima Trinidad dirigida por el párroco Juan Andrés Basly, celebró la transición entre los cincuentas días de Pascua y los domingos, del tiempo ordinario. En estricto rigor esta fiesta no hubiera sido necesaria en el calendario litúrgico, pues todas nuestras celebraciones están centradas en el Dios Trino. Pero no es superfluo el que domingo se celebre la eucaristía con la mirada puesta de manera explícita en Dios, que es padre, Hijo y Espíritu Santo, y lo hagamos al concluir la Pascua, en la hemos contemplado y celebrado la actuación salvadora y poderosa del Padre, la entrega filial y redentora del Hijo y la donación vivificadora del Espíritu.
Celebrar al Dios Trino puede parecer para algunos algo abstracto y frío, pero es todo lo contrario. Precisamente las lecturas bíblicas de hoy, nos revelarán un Dios, cercano, cálido, que habla a su pueblo y está comprometido con su historia. El Dios único “Allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la Tierra”, en Jesús se nos revela como nuestro Padre, a quien, movidos por el Espíritu, desde nuestro bautismo, podemos llamar con toda propiedad: ¡Abbá, Padre!
En Cristo, que es Hijo y a la vez nuestro hermano, se nos ha revelado el misterio de Dios es comunión de amor, y también se nos ha revelado quienes somos nosotros: participantes de esa comunión de amor, llamados a testimoniarla en la vivencia de la claridad.
La manera de creer en Dios trinitario es seguir los pasos de Jesús que vivió como Hijo querido de un Dios Padre y que, movido por su Espíritu, se dedicó a hacer un mundo más amable para todos. Es bueno recordarlo hoy que celebramos la fiesta de Dios.
El Pbro. Juan Andrés Basly precisó acerca de la conmemoración de la Santísima Trinidad y señaló: “El nombre de nuestra Parroquia es Santísima Trinidad y que lleva 11 años. Estamos todos contentos, porque hemos preparado con mucha alegría a vivir este tiempo de misión. Hoy se explicó el sentido de la Santísima Trinidad, lo que significa este misterio tan grande para cada uno de los cristianos.”
Por último, la misa finalizó con un discurso en donde todos somos cristianos, ya que se intenta responder a lo que se pide la Iglesia en este tiempo de misión permanente y hacer presente el Evangelio, especialmente a todos nuestros hermanos que están llegando día a día.
Fuente: Comunicaciones Temuco.