Fr. Isauro Covili, Ministro provincial, se refiere al ataque que sufrió en la noche del 19 de octubre el Templo de San Francisco en La Serena. “La violencia llama a la violencia y no podemos justificar bajo ningún motivo que en el corazón del pueblo chileno la violencia se normalice como una forma válida de reivindicación”, señaló en su declaración.
En tiempos de crisis social necesitamos ser instrumentos de paz, fraternidad y reconciliación
Hermanos y hermanas:
¡Que el Señor les conceda su paz!
La noche del 19 de octubre de 2020, en la ciudad de La Serena, en el marco de una protesta ciudadana, nuestro templo de San Francisco en La Serena fue profanado por un grupo de manifestantes generando daños en las puertas de acceso, bancas e imágenes al interior del templo, así como otros daños asociados al ingreso violento a este lugar de culto de tanta historia y tan querido por la Iglesia de la ciudad y especialmente de los más sencillos, preferidos del Señor.
Como Orden Franciscana en Chile, rechazamos estos hechos y todo acto de violencia que atentan contra toda persona y los valores más sublimes de la vida cristiana y del pueblo de Chile. La violencia genera más violencia y no podemos justificar bajo ningún motivo que en el corazón del pueblo chileno la violencia se normalice como forma válida de reivindicación para justificar el descontento, la injusticia y la falta de igualdad entre todos los ciudadanos de nuestra sociedad.
En estos momentos nos unimos fraternalmente al dolor de los fieles que frecuentan el templo de San Francisco en La Serena; sepan y sientan que toda la fraternidad provincial de los Hermanos Franciscanos en Chile estamos orando unidos con y por ustedes, y a pesar de estos hechos, con fe proclamamos que “Jesús es nuestra única esperanza y nuestra paz”. Junto con ello, queremos agradecer públicamente las muestras de apoyo, cercanía y cariño que la comunidad ha tenido para con los hermanos franciscanos de La Serena, así como el apoyo de los vecinos, locatarios del sector y autoridades religiosas y civiles.
Hoy más que nunca la crisis social y política que vivimos y sufrimos reclama e interpela a nuestra vida cristiana y franciscana un compromiso decidido para seguir siendo artífices e instrumentos de paz y de diálogo. Les invitamos a soñar un Chile más justo, equitativo, en paz, pero que a su vez seamos capaces de anunciar, como lo hizo Jesús, que el Reino es una comunidad de hermanos y hermanas que sueñan con un mundo de concordia, de paz y de respeto.
Junto a María, Nuestra Señora de los Ángeles y a San Francisco de Asís, recemos: “Haz de mi un Instrumento de tu Paz, que donde allá odio pongamos amor”, para construir una sociedad y un pueblo de hermanos y hermanas.
Fr. Isauro Covili Linfati, ofm
Ministro provincial