Mons. Jorge Concha Cayuqueo, Obispo Diócesis San José de Temuco
Por amor a Chile volver al entendimiento y a la comprensión. Es un llamado para todas las personas que ojalá sea escuchado con particular atención por todas nuestras autoridades y líderes. Un llamado contundente en base a un claro diagnóstico que hace un numeroso grupo de representantes de confesiones religiosas de nuestro país. Los cuatro problemas que señalan los líderes religiosos son:
– El deterioro de las relaciones cívicas, que afecta la capacidad de buscar y acordar solución a los tantos problemas;
– La inseguridad y el crimen, que destruye la vida ciudadana;
– La corrupción transversal, tanto en el sector público como en sector privado, que socava aún más la precaria confianza en nuestra sociedad y
– La incapacidad para lograr acuerdos.
Son problemas que están en el sentido común de la población, como un sentir colectivo que estos problemas se han ido instalando imparablemente en nuestra vida social.
La incertidumbre, la violencia y la discordia, encuentran expresiones a diario. La falta de voluntad para lograr consensos entre los actores políticos, ha contribuido al estancamiento y la división en la sociedad. Es imperativo que los líderes políticos dejen de lado sus intereses partidistas y prioricen el bien común. Esta situación del país ha despertado una alarmante preocupación entre los líderes religiosos, y llaman a un acuerdo nacional. Las comunidades religiosas históricas de nuestro país se unen en esta inédita declaración, más allá de las diferencias doctrinales, con un objetivo común: llamar al entendimiento y a la comprensión, para transitar a un desarrollo armónico en una sana convivencia entre todos.
En esta declaración también se hace un fuerte llamado a poner en el centro valores humanos fundamentales, porque si se da un grave desgaste en el entramado social es debido a que existe un grave y profundo deterioro de principios morales. De ahí el llamado a construir desde el amor, la comprensión, el respeto de unos a otros, y a superar la mirada de adversarios que termina siendo como de enemigos. Desde las diferencias es posible construir, trabajar juntos por el bien de todos, que también es base de la paz.
En este momento crucial de nuestra historia ojalá sea escuchada la voz de los representantes de los diversos credos de nuestro país. Que este llamado a la paz sea atendido para que inspire un nuevo comienzo, donde prevalezca el entendimiento mutuo y la voluntad de construir un mejor presente y futuro para las
generaciones venideras.