Más de 500 personas de distintos colectivos y colonias residentes en la región de La Araucanía, se congregaron en el Templo Catedral para esta Acción de Gracias a Dios, especial momento que se vivió este domingo 02 de septiembre, para agradecer y pedir por la vida de los migrantes y sus familias, quienes con su trabajo ayudan a construir este país y son testimonio vivo de Evangelización con su fe y esperanza.
La misa fue presidida por el obispo de la Diócesis San José de Temuco, monseñor Héctor Vargas Bastidas, junto al encargado de la pastoral de migrantes, Fray Rodrigo Aguilar Gómez y el Padre Mario Ross.
Fue así, que alrededor del medio día, monseñor Héctor Vargas Bastidas, se refirió a la realidad actual de la migración, señalando al respecto que: “Todos hemos asistido al drama de miles que desde África huyen a Europa por el mar. Esos hermanos y hermanas nuestras, intentaban salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un puesto mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte. También en Chile, migrantes haitianos jóvenes han fallecido y nadie pide sus cuerpos abandonados en la morgue. Pero Dios nos pregunta a cada uno de nosotros: “¿Dónde está la sangre de tu hermano cuyo grito llega hasta mí?”.
Continuó sus palabras y sentir al manifestar que: “Hoy nadie en el mundo se siente responsable de esto. La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar sólo en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, a la indiferencia hacia los otros, o mejor, lleva a la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos concierne!”
Llamó a reflexionar y cuestionar el actuar de cada uno, a no quedar indiferente a aquel que dejó sus raíces por el anhelo de un mundo mejor. “¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas? ¿Quién ha llorado por esas personas que iban en la barca? ¿Por las madres jóvenes que llevaban a sus hijos? ¿Por estos hombres que deseaban algo para mantener a sus propias familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, ¡la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar!.Por ello el Papa Francisco, exhorta a los países a una generosa apertura, que en lugar de temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales”.
Señaló que en los últimos siglos, millones de personas han alcanzado otras latitudes, persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad. “Entre ellos, miles llegan a nuestro País, miles de compatriotas que emigran de Chile hacia otras tierras, buscando una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de la cultura abortista: descartar todo lo que moleste, aunque sea un ser humano indefenso”.
El Obispo diocesano, Monseñor Héctor Vargas, expresó que muchos han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. “Debemos ayudarles a no desanimarse por las dificultades que tengan que afrontar. Al igual que los que llegaron aquí antes, traen muchos dones que pueden enriquecer la vida de esta Araucanía. Por eso, no deben olvidar aquello que es parte esencial de su identidad y cultura. Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro”.
Puntualizó que en la raíz del Evangelio de la misericordia, el encuentro y la acogida del otro se entrecruzan con el encuentro y la acogida de Dios: “Acoger al otro es acoger a Dios en persona. No nos dejemos robar la esperanza y la alegría de vivir que se manifiesta en las personas que encontramos a lo largo de su camino”.
Manifestó, que el Papa Francisco para este año nos recuerda que nuestra Iglesia debe acoger a los que, entre los migrantes, más necesitan de protección, a los niños, para evitar situaciones de dolor que en otras regiones del mundo hemos vivido. Además, señaló que SS Francisco reafirma que “nuestra respuesta común se podría articular entorno a cuatro verbos, que son acoger, proteger, promover e integrar”.
Cabe destacar, que la animación de los cantos fue parte del coro de los madrugadores de Temuco. Las Lecturas, peticiones, ofrendas y signos a cargo de hermanos venidos de otras tierras. Al finalizar, se presentó la agrupación de baile colombiano Herencia Latina y una muestra de nuestro baile nacional, junto a un fraterno compartir.
Por su parte, el Padre Rodrigo Aguilar, encargado de la pastoral de migrantes, señaló: “Solo expresar gratitud, por la alta convocatoria y participación de los hermanos que hacen de Chile su patria y que ponen sus talentos y dones en nuestra Araucanía. Agradecer a la pastoral migrante y a Caritas Temuco. Y a todos quienes hicieron posible la celebración de este año. Mención especial al coro de los madrugadores de Temuco y a la agrupación colombiana Herencia Latina por sus bailes.