Diócesis de Temuco
Su lema “No he venido a ser servido, sino a servir”
[dropcap]M[/dropcap]onseñor Contreras nació en el puerto de Valparaíso el 27 de abril de 1926, hijo de Manuel Contreras y Rosa Navia. El menor de 9 hermanos, su infancia la vivió en el sector Portales, ubicado entre los cerros Placeres y Esperanza, hoy y desde hace 50 años existe en el lugar una capilla, la que fue levantada con el esfuerzo de sus pobladores, animados por Sergio Contreras, quien en ese entonces era un joven seminarista.Realizó sus estudios básicos y, posteriormente, ingresó a un curso especial para alumnos destacados en la Universidad Técnica Federico Santa María, donde de manera brillante obtuvo el grado académico de Ingeniero Mecánico, sin embargo, su camino ya estaba trazado mucho antes, tanto así, que a su examen de grado asistió vestido con sotana.
Ordenado Sacerdote el 21 de septiembre de 1957, los cerros porteños conocieron de su empuje, coraje y entrega, recorriendo parroquias, entregando su servicio pastoral y formando personas en las tareas de asesor de jóvenes universitarios y obreros y movimientos de Iglesia de la época. Muchos de aquellos jóvenes sirven hoy al país desde diferentes ámbitos.
Nombrado Obispo el 27 de diciembre de 1966, – a la edad de 40 años-, se traslada hasta Ancud, y allí durante nueve años, se impregna del modo de vivir del pueblo chilote, transformándose en un isleño mas, trabajando arduamente por el desarrollo de sus habitantes y por el crecimiento en la fe. También, fue impulsor de la reconstrucción de la Catedral de Ancud, destruida por el terremoto de 1960.
Es trasladado a Concepción en 1974 donde como Obispo auxiliar desarrolla una fecunda labor, en contacto permanente con los trabajadores, en un momento histórico muy difícil para el país. Corría enero de 1978, cuando es trasladado a Temuco, para suceder en el cargo a Monseñor Bernardino Piñera. Comienza aquí un trabajo incansable por cada rincón de la Diócesis, fortaleciendo las CEB y con su estímulo y presencia creando otras, tanto en los sectores más apartados como en los urbanos; da un impulso importante a la Acción Social de la Iglesia Diocesana, del mismo modo, orienta su quehacer de Pastor, hacia el pueblo mapuche y también se entregó en la formación de sacerdotes, religiosas, diáconos y laicos.
Durante su gobierno episcopal se construye la Catedral de Temuco, se fortalece la presencia local de la Universidad Católica y La Araucanía se viste de fiesta para recibir al Mensajero de la Paz, el Papa Juan Pablo II.
Al cumplir 75 años, el 2001, deja la Diócesis y retorna a su querido Valparaíso, para continuar allí su servicio.
Los seminaristas de la época recuerdan gratamente las misiones de verano con monseñor Contreras y las vacaciones que compartían con él. En ellas siempre se daba algún desafío de atletismo, natación ó subida a algún cerro; “el ganador” de estas singulares competencias siempre era “uno”, aunque llegara segundo.
“Servir a los pobres”
[dropcap]C[/dropcap]on ocasión de la celebración de las Bodas de Oro Sacerdotales de Monseñor Sergio Contreras Navia, Obispo Emérito de Temuco, el 21 de septiembre de 2007, nuestra Iglesia de San José quiso acompañarlo en la alegría de un momento como éste. La comunidad se reunió en la Iglesia Catedral para celebrar la Eucaristía; acción de gracias por excelencia, y para continuar con el agasajo mediante una cena de camaradería, en el Colegio De La Salle.De la celebración jubilar de Monseñor Contreras, reproducimos algunos extractos de la homilía de Monseñor Carlos Camus, Obispo emérito de Linares, amigo y compañero de seminario de Don Sergio:
Acerca de la Ordenación Sacerdotal: “…Esta tarde me he acordado de esa otra tarde inolvidable, un 21 de septiembre de 1957 en la Catedral de Valparaíso, cuando Monseñor Rafael Lira Infante un hombre de Dios, más bien silencioso, estaba lleno de alegría porque primera vez en la historia de la diócesis 6 seminaristas nos ordenábamos sacerdotes…”
Del ministerio pastoral de Don Sergio, dijo: “Sergio tenía un camino que el mismo escogió: servir a los pobres… Ha tenido especial predilección por los pueblos originarios; comenzó con los chilotes, más que caminando navegando, más que hablando en chileno hablando mapuche, y con un cariño inmenso por su pueblo que es tan chileno o más chileno que nosotros. Después lo trasladaron de auxiliar en Concepción; ahí también le toco el mundo minero, el mundo de los trabajadores, también el mundo universitario seis años sirviendo a la diócesis de Concepción para ser después trasladado aquí a Temuco. Ha sido el gran amor de su vida; cuántos años paso aquí mezclando el servicio de esta diócesis con el servicio a la Conferencia Episcopal como Secretario por muchos años; ustedes lo conocen mejor que yo; todos admiramos en la Conferencia Episcopal su participación siempre activa, siempre inteligente. Monseñor Eladio Vicuña, pintoresco decía que Don Sergio era terrible, que no perdía ninguna palabra, que todo lo anotaba, todo lo recordaba, en todo participaba, era el Obispo más activo en la Conferencia. Años después otro Obispo le preguntó a Monseñor Vicuña: “todavía piensa usted que Sergio no pierde palabra”, “no pierde silaba” dijo”.
Expresando su gratitud por el momento: “yo quiero darle las gracias a Sergio en primer lugar por la amistad, ese testimonio de amistad sincera, verdadera. En la vida uno tiene tres o cuatro amigos los demás son conocidos o simpatizantes o a veces falsos amigos. En la vida son muy pocos los amigos que uno puede decir de toda una vida, que uno pueda decir que nunca han fallado, y yo puedo decir eso de Sergio, nunca a fallado y eso es muy valioso por eso vine con mucha alegría…
Agradecemos al Señor por el testimonio de Don Sergio y seguimos orando por sus intenciones, y para que goce el tiempo de las alegrías, que supone la ancianidad, donde el hombre se recrea contemplando todo lo que el Señor ha hecho a través de él.
Actualmente, Monseñor Sergio Contreras Navia, está en el Hogar de Ancianos de Nuestra Señora del Carmen, ubicado en Holandesa 0952, de la ciudad de Temuco.
