Obispo que escapó de la muerte hace un llamado a la oración.
[dropcap]E[/dropcap]l Obispo Paul Simick de Nepal dijo que él “vio casas cayendo como un castillo de naipes” y que la gente “corría en todas las direcciones para salvar sus vidas. Fue una escena muy, muy aterradora.”En un mensaje enviado a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) el día de ayer, el obispo añadió: “Yo mismo tuve que correr, literalmente, para salvar mi vida.”
El obispo, que tiene su sede en la capital, Katmandú, agregó: “Las continuas réplicas – sólo ahora había una y tuve que huir de mi oficina – han hecho que la gente, asustada, deje sus casas e instale tiendas de campaña de lona en las calles y campos abiertos”.
Al indicar que las últimas estimaciones dan un número de 4.000 muertos, el obispo señaló que los informes de radios locales han pronosticado un aumento en el número de fallecidos, mientras más cuerpos son recuperados. Y agregó: “Vi deslizamientos de tierra seca después del terremoto, sobre todas las colinas donde yo estaba”.
Mons. Simick destacó los problemas para tratar de evaluar la situación en terreno: las comunicaciones están interrumpidas, los caminos intransitables, no hay vuelos nacionales y comunidades enteras siguen aisladas.
El obispo añadió: “También me gustaría solicitar el apoyo de ustedes con oración por las familias de las víctimas que han perdido a seres queridos, por quienes aún tienen seres queridos desaparecidos y por los que están gravemente heridos.”
Al informar sobre el sufrimiento de las comunidades católicas, señaló que algunos fieles habían perdido la vida en una misión a la que toma tres días para llegar a pie. “Ayer (lunes), un helicóptero fue a ver el lugar y a las víctimas, pero debido al mal tiempo no pudo aterrizar y no vio nada.”
“Vamos a encomendar -junto con el Papa Francisco- las almas de las víctimas al amor y la misericordia del Todopoderoso» y también vamos a rezar por el «aliento a las autoridades civiles y al personal de emergencia que continúan con sus esfuerzos de rescate y ayuda a los afectados por esta tragedia». Que el Señor traiga consuelo a toda la gente en Nepal, Tíbet e India.