Escribe: Mons. Jorge Concha Cayuqueo, OFM
El viernes recién pasado ha finalizado la 129ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile. En este espacio me permito compartir algunos contenidos esenciales del mensaje que, los obispos de Chile, hemos querido transmitir a través de los medios de comunicación social y que es fruto del trabajo de estos días de oración y estudio de la realidad social y eclesial de nuestro país.
En medio de las múltiples problemáticas y desafíos que constatamos en nuestro país, los obispos, queremos aportar una palabra de esperanza mirando a Jesucristo y su Evangelio. Jesús que asumió nuestro dolor, no nos abandonará en el deseo y buena voluntad de generar espacios para recuperar una sana y digna convivencia, donde nadie se sienta excluido, sino valorado y respetado. Desde esta mirada de fe, contemplamos la realidad que nos desafía, en el drama de la violencia, el desprecio por la vida y el aumento dramático de los homicidios, el atropello a la propiedad privada, la expansión de la droga y la presencia del crimen organizado. Pero también, vemos la voz de Dios que nos interpela en los hermanos migrantes con quienes compartimos sus dolores, anhelos y esperanzas y que debemos acoger reconociendo en ellos al mismo Cristo. Es necesaria una adecuada legislación y política migratoria que responda a esta realidad que ha generado tanto sufrimiento.
En vista al próximo proceso eleccionario, los obispos nos invitan a participar con respeto, a cuidar la sana convivencia, a buscar los acuerdos políticos y sociales que favorezcan el bien común de la nación y a no caer en descalificaciones y polarizaciones que solo nos llevan a dividirnos e impiden construir una patria para todos.
A nivel eclesial hemos mirado con detención todo el proceso y los aportes al Sínodo de la Sinodalidad que nos convocó el Papa Francisco, el trabajo realizado hasta ahora nos alegra y anima, especialmente pensando en la segunda sesión que se vivirá en el mes de octubre del año en curso. También, teniendo a la vista el Jubileo del año 2025, y el llamado del Papa a vivir este Año de la Oración en preparación a este gran acontecimiento, se nos invita a constituirnos en “Peregrinos de la Esperanza” en el anuncio del Evangelio.
En el mismo mensaje los obispos invitamos a intensificar la oración por las vocaciones al constatar la escasez de sacerdotes que dificultan una adecuada atención pastoral de nuestras comunidades. Precisamente, en este cuarto domingo de Pascua, conocido como el domingo del Buen Pastor, acogemos este llamado a la oración por las vocaciones, asumiendo el lema que se ha elegido para esta jornada mundial de oración: “Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz”.
IV Domingo de Pascua – Domingo del Buen Pastor – Domingo 21 de Abril