El Pbro. Ricardo González, Vicario para la Juventud de la Diócesis San José de Temuco, entrega su mensaje en la siguiente columna publicada en la edición del domingo 08 de mayo, en el Diario Austral.
Hoy domingo, nuestra Iglesia celebra la fiesta del Buen Pastor y la jornada universal de Oración por las vocaciones a la Vida sacerdotal, la que nos entrega la tarea de oración permanente y confiada para que el Señor nos regale vocaciones según su Corazón.
De igual manera, en este domingo no podemos dejar que pase por alto otro acontecimiento significativo como es el día de la Madre y lo hacemos en referencia a lo que nos dice el Profeta Jeremías “Antes de haberte formado yo en el vientre, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado” (Jer 1, 5). Así reconocemos y agradecemos al Señor porque es en el seno de la familia y en torno a la madre que nace toda vocación y desde la vocación a la vida se reconoce que nuestra existencia no tiene otra finalidad que ser constructores y arquitectos de progreso, de justicia, de fraternidad, así cada hombre y mujer tiene la posibilidad de pasar por la historia siendo artífices de progreso y verdad.
Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesucristo como el Pastor que conoce a sus ovejas, modelo de pastor que exige algunas características específicas y especiales para quienes han sido llamados a continuar el pastoreo en el rebaño de Dios. Está la cercanía, puesto que un verdadero pastor se identifica por la cercanía para caminar y estar junto al herido, al maltratado y al necesitado de acogida y comprensión, esto le permite ser un pastor que manifiesta la bondad del amor del Padre, dejando en claro que se ha identificado con algo que es propio de Jesucristo “Buen Pastor”, el servicio, que se comunica y transmite con la vida y presencia en medio de los suyos; es en medio de las complejidades que las ovejas necesitan ser protegidas y conducidas. En tales situaciones es más urgente que nunca que el pastor conozca a sus ovejas, es decir, lo que les aflige porque sólo así el las defiende, las salva y rescata mediante la luz de la Palabra.
Siendo pastoreados por el Buen Pastor (Jesucristo), es decir, pasando por la escuela de la Misericordia que nos carga sobre sus hombros, sabremos acoger y comprender en misericordia a quienes se acercan suplicando y buscando verdaderos criterios de protocolo que son comprensión, integración, cercanía y acogida; estos criterios son la garantía del verdadero seguimiento al Buen Pastor. Este día en que en la figura de la madre contemplamos esfuerzos, luchas, obstáculos, pero también certezas, bondad, silencios y bellezas; nos confiamos a la Madre de las madres María Santísima; para que en su ternura maternal nos proteja y custodie hacia la eternidad.