Con especial gratitud y mucho afecto, extiendo mi saludo a todos nuestros catequistas de esta querida Diócesis San José de Temuco, aprovecho la oportunidad de expresarles y valorar su gran entrega en educar en la fe y anunciar el Evangelio, a tantos hermanos nuestros, niños, jóvenes y adultos, especialmente, que en este tiempo doloroso de pandemia, ustedes siguieron ahí, junto a nuestros hermanos y hermanas que necesitaban de su compañía y el anuncio.
Agradecer su incondicionalidad y siempre buena disposición, de estar siempre en nuestras Comunidades Eclesiales de Base, que están dispuestas de mar a cordillera, alentando a las familias en muchos momentos difíciles y también en tiempos de reflexión y alegrías.
Haciendo eco las palabras del Papa Francisco, el ser catequista, no es un trabajo, se trata más bien de enseñar con paciencia, de acompañar, de anunciar la alegría del Evangelio, y ese anuncio es con valentía y creatividad. El catequista, es aquel que se ha puesto al servicio de la Palabra de Dios, que frecuenta esta Palabra diariamente para hacer de ella su alimento y participarla con los demás con eficacia y credibilidad.
Queridos hermanos y hermanas, sigan comunicando la Palabra y sigan dando el testimonio de fe, y que esa entrega haga arder los corazones al entrar en cada vida, en cada familia, en cada hogar.
En este tiempo del sínodo de la sinodalidad, caminemos juntos y ayudemos a esta sociedad a ser instrumentos de amor, esperanza y de paz, aportando desde nuestra catequesis como servidores de esperanza para tantos hermanos que sufren.
Agradezco de corazón, su servicio y entrega, que muchas veces no es fácil, pero que es fundamental para acrecentar la vocación de cristiano.
Que la Santísima Virgen y nuestro santo patrono San José, los siga acompañado y les dé mucha fortaleza, para continuar siendo fiel a este llamado que el Señor les ha hecho.
Agradecido y en mis oraciones para ustedes, que el Señor les bendiga, los saludo con cariño.
Pbro. Juan Andrés Basly Erices, Administrador Diocesano.