Debido a la catastrófica situación en que se encuentran millones de personas en Siria tras cuatro años de guerra, la Fundación Pontificia «Ayuda a la Iglesia que Sufre » ha concedido una ayuda de emergencia por un importe millonario, que se distribuirá en varios proyectos a favor de personas damnificadas por la guerra en Alepo, Homs, Damasco y otras ciudades; en total, más de 2,3 millones de euros.
[dropcap]L[/dropcap]a decisión fue comunicada por el padre Andrzej Halemba, responsable de AIS para el Oriente Próximo. Desde que estalló la violencia en Siria, en marzo de 2011, ha empeorado dramáticamente sobre todo la situación de los cristianos en este país. Cientos de personas han muerto y varios miles han sido expulsados de sus tierras. Muchas familias han perdido a alguno de sus miembros y también toda la base de su existencia. Desde hace meses, en ocasiones incluso desde hace años, se impide que niños y jóvenes acudan a la escuela. El objetivo de esta ayuda de emergencia, además de mitigar las primeras necesidades, es proporcionar una perspectiva de vida a los cristianos en Siria y en todo el Próximo Oriente.
Dice el padre Andrzej Halemba: «Estamos especialmente preocupados por los cristianos de Alepo y Damasco, pero también por los que se encuentran en campos de refugiados en Líbano, Jordania y Turquía. El miedo se extiende por todos lados; es muy intenso, casi palpable, sobre todo desde que se ha declarado el denominado Estado Islámico. Mons. Antoine Audo, Obispo de Alepo, me decía: “Los cristianos de Alepo tienen miedo de que les suceda lo que pasó en Mosul”. Se trata de un nuevo temor, desgraciadamente fundado, de que se produzcan un genocidio y depuraciones étnicas. El Estado Islámico muestra a todo el mundo claramente sus objetivos asesinos frente a todos los que no se rinden a este extremismo. Están orgullosos de su crueldad frente a los “infieles” y empuñan sin tapujos la espada».
La situación de la población en Siria, según comenta al padre Halemba, es tan desesperada también porque ha disminuido la atención en la comunidad internacional. Sin embargo, en Siria, según datos aportados por la Unión Europea, están afectados por la guerra 12,2 millones de personas. El número de los refugiados en el propio país asciende a 7,8 millones; y 4,8 millones de sirios viven en regiones de difícil acceso o en los que hay luchas armadas. El número de niños que sufren directamente por la guerra asciende, según estimaciones, a 5,6 millones; y el de aquellos que no pueden acudir a la escuela, a 3 millones.
Los fondos que aporta AIS beneficiarán a miles de familias en las regiones afectadas. Se financiarán alimentos básicos, medicamentos, atención médica, alquileres para alojamientos y los gastos de calefacción y electricidad. También servirán para iniciativas pastorales y caritativas de cristianos de Siria, que harán posible la atención y el alojamiento de sirios en muchas comunidades.