Como Iglesia Diocesana nos unimos en oración para despedir a nuestro querido padre Marcos, agradecer a Nuestro Señor por el don del llamado y por estos años de entrega y de servicio en fidelidad a la Iglesia.
Su vida y ministerio sacerdotal, son un testimonio de donación y entrega al Señor y a la Iglesia, un regalo de Dios a nuestra Diócesis. Un hombre amable, de mucha sabiduría, humilde y de gran disposición para acoger, escuchar y aconsejar como buen padre y pastor. Sacerdote de profundo amor y fidelidad a la Iglesia y de su espíritu apostólico, realizó muchos trabajos pastorales que la Iglesia le encomendó y que con gran inteligencia y responsabilidad desarrolló.
El padre Marcos nació en Temuco el 26 de julio de 1933, hijo de una familia muy cristiana. Recibió de muy niño el llamado divino e ingresó al Seminario Conciliar de Concepción donde cursó sus estudios de Latinidad, Humanidades, Filosofía, y luego en el mismo Seminario, cursó los estudios de Teología en forma brillante.
Ordenado sacerdote en el año 1956, por monseñor Alejandro Menchaca Lira, comenzó un inteligente y abnegado trabajo pastoral con niños y jóvenes. La docencia fue para él una de sus actividades preferentes. Profesor de Religión y de Filosofía en el principal Liceo Fiscal de Temuco; fue también Rector de un Colegio del Obispado, el Instituto de Humanidades. Durante varios años fue profesor y formador en el Seminario Mayor de “San Fidel”.
Hombre de estudio. Hizo Cursos Especiales de Espiritualidad en la Universidad Gregoriana de Roma y en el Instituto Católico de París. Obtuvo su título de Profesor de Estado con mención en Filosofía y Religión en la Universidad Católica de Valparaíso y participó en numerosos Cursos y Seminarios organizados por la Conferencia Episcopal de Chile.
Sacerdote piadoso, inteligente y culto, con gran espíritu apostólico, llevó siempre una vida ejemplar, con mucho aprecio y afecto del clero y de todo el Pueblo Cristiano.
Como párroco del Sagrario, por más de treinta años, el padre Marcos, ejerció su ministerio pastoral con gran entusiasmo y creatividad, formando y acompañando a niños, jóvenes y adultos e impulsando el estudio de la Palabra de Dios en las diferentes comunidades, grupos y movimientos apostólicos. Fiel a la Eucaristía diaria y al sacramento de la Reconciliación, siempre fue considerado un excelente confesor y un sabio director espiritual. Conocido es su amor por la liturgia y su preocupación por los jóvenes: frutos de su trabajo, en este sentido, son el Coro Catedral y el Grupo de Acólitos, grupos desde los cuales surgieron numerosas vocaciones sacerdotales y religiosas.
El padre Marcos se desempeñó como Vicario General en la Curia Diocesana, Asesor Diocesano del Movimiento Cursillos de Cristiandad, durante muchos años fue Encargado Vocacional de la Diócesis.
¡Gracias Padre Marcos por su testimonio de amor y fidelidad al Señor y la Iglesia. Gracias por su entrega y su servicio generoso!
LA MISA FUNERAL SERÁ EL JUEVES 01 DE JULIO A LAS 10 HORAS, TRANSMISIÓN VÍA FACEBOOK COMUNICACIONES OBISPADO DE TEMUCO.