- A pesar de que la seguridad de los cristianos ha mejorado levemente, todavía son víctimas de ataques.
- La Iglesia intenta protegerse. A modo de ejemplo, se han comprado numerosos extintores para luchar contra los incendios.
[dropcap]P[/dropcap]ese a que la seguridad de los cristianos egipcios ha registrado cierta mejoría, el responsable de Comunicación de la Iglesia Católica en este país, P. Rafik Greiche, sigue preocupado. Tal como señaló a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS), “en El Cairo la situación se ha tranquilizado algo, pero seguimos con miedo a lo que pueda ocurrir en cualquier momento. Los Hermanos Musulmanes y otros extremistas siguen amenazando con atacar iglesias y viviendas cristianas. Vivimos en la incertidumbre de dónde atacarán de nuevo”.
El último ejemplo de la precaria situación que atraviesan los cristianos egipcios tras la destitución del ex Presidente Mursi en julio pasado es el intento de asesinato de un Obispo copto el pasado lunes. El P. Rafik explica: “Mons. Makarios, el Obispo copto-ortodoxo de Minya, iba camino al pueblo de Saru para visitar a una familia de luto. En esa localidad hay una iglesia cerrada desde hace unos diez años, y no se sabe cómo se extendió el rumor de que el Obispo acudía al lugar para reabrirla. Como consecuencia, unos yihadistas abrieron fuego contra el vehículo del Obispo. Afortunadamente, pudo ponerse a salvo, pero el tiroteo duró más de una hora”.
Los habitantes del pueblo reconocieron que los hombres, que iban a cara descubierta, eran yihadistas. El P. Rafik recalcó que la provincia de Minya, ubicada en el Alto Egipto, es un bastión de musulmanes radicales, que tienen allí mucha presencia y cuentan con el apoyo de familias. Además, explicó que les resulta fácil escapar de las fuerzas de seguridad retirándose al cercano desierto.
El domingo pasado, un día antes del atentado contra el Obispo, en la localidad de Ezbet Zakariya los yihadistas incendiaron viviendas cristianas para saquearlas y varias familias huyeron del lugar, confirmó el P. Rafik.
“Las fuerzas de seguridad hacen lo que pueden para proteger a los cristianos, pero no es suficiente. Por desgracia, están ocupadas con muchos otros problemas. Hace poco, la Hermandad Musulmana se había propuesto volver a ocupar la plaza Tahrir en El Cairo. Por tanto, no es que no quieran protegernos, es que a menudo no pueden hacerlo por sus recursos limitados”.
Y añadió que la Iglesia intenta, en la medida de lo posible, adoptar medidas de protección. Así, por ejemplo, se han comprado numerosos extintores para luchar contra los incendios. Como dato significativo, el P. Rafia añadió que, una y otra vez, se registran casos en los que los musulmanes del vecindario repelen los ataques de los Hermanos Musulmanes contra iglesias. “Yo mismo he presenciado cómo la gente lucha contra los atacantes hasta la llegada de la policía. Esto demuestra que los Hermanos Musulmanes no cuentan con el respaldo de la población. La gente rechaza a la Hermandad Musulmana”.
Para la fundación AIS, Egipto es un país preferente donde tiene numerosos proyectos para sostener la presencia cristiana. En concreto, el año 2012, destinamos un total de 469 millones de pesos la Iglesia egipcia.