En un gesto de amor y entrega que perdura en el tiempo, las Hermanas de la Providencia celebran 170 años de presencia en Chile, marcando un capítulo significativo en la historia religiosa de este país y en nuestra ciudad de Temuco, festejan 129 años, con la fundación del colegio Providencia.
La Santa Misa se celebró el viernes 6 de octubre, en el Templo Catedral, Eucaristía que presidió monseñor Jorge Concha Cayuqueo y concelebró el Pbro. Giglio Linfati Cantergini, capellán del colegio Providencia.
En su mensaje, el pastor diocesano, se refirió a esta congregación, fundada en Canadá por la beata madre Emilia Gamelin en 1853, congregación que llegó a tierras chilenas, de la mano de la sierva de Dios, la madre Bernarda Morin.
“El 17 de junio de 1853, cinco valientes religiosas provenientes de Canadá, comenzaron a escribir esta historia de amor y entrega que ha transformado la vida de muchas generaciones de chilenos. Su labor se inició con la atención y cuidado de niños y niñas huérfanas en la región y, posteriormente, se expandió para satisfacer las diversas necesidades de la sociedad de la época”, señaló el obispo, quien además profundizó sus palabras en destacar que las misioneras de la congregación se caracterizan por su espíritu misionero y un amor sin límites, ellas han contribuído significativamente al crecimiento de la obra de Dios en nuestra patria. Inicialmente, centraron sus esfuerzos en la atención y educación de niños y niñas huérfanos, pero pronto se adaptaron a las cambiantes demandas sociales, extendiendo su ayuda a las comunidades más desfavorecidas.
Las Hermanas de la Providencia, fiel a su carisma, han sabido escuchar el llamado de Dios presente en el rostro de los más pobres entre los pobres de esta tierra. Su presencia se ha extendido a través de colegios, internados, jardines infantiles, hogares de niños, comedores pastorales y ayudas fraternas. “Estas obras forman parte del legado de amor y compasión que las Hermanas de la Providencia han tejido en nuestra sociedad a lo largo de estos 170 años, dejando una huella indeleble de servicio y devoción”, planteó el obispo de Temuco.
129 años del Colegio Providencia
En su homilía, monseñor Jorge, ahondó en la obra de esta congregación y que está cumpliendo 129 años, en el corazón de Temuco, el Colegio Providencia, establecimiento educacional que se ha dedicado incansablemente a la formación de generaciones de niñas en la región de La Araucanía. Fundado por la Congregación de las hermanas de la Providencia, este colegio ha sido un faro de educación con inspiración católica cristiana, dejando una huella imborrable en la comunidad local.
“Desde sus inicios, el Colegio Providencia ha mantenido un compromiso sólido con la educación que busca no solo el desarrollo académico, sino también la formación integral de sus alumnas. Siguiendo los principios y la visión de su fundadora, la Madre Bernarda Morin, la congregación ha infundido en sus estudiantes valores de compasión, solidaridad y respeto, creando líderes que contribuyen positivamente a la sociedad”, manifestó.
Continuó su mensaje al señalar que: “El legado de la Madre Bernarda Morin perdura en cada aula, recordándonos que la educación puede ser un instrumento poderoso para la transformación y el bienestar de una comunidad. La Congregación de las Hermanas de la Providencia continúa siendo una fuente de inspiración para todos los que creen en la importancia de la educación basada en valores, asegurando que su influencia positiva se extienda por generaciones futuras en La Araucanía y más allá”.