Diócesis de Temuco

“LA CRISIS CLIMÁTICA EN NUESTRAS VIDAS: TODO ESTÁ CONECTADO Y NADIE SE SALVA SOLO”



Escribe: Mons. Jorge Concha Cayuqueo, obispo Diócesis San José de Temuco

Aún muchas personas se sienten ajenas a la crisis Climática, pareciera que no somos responsables y no podemos controlar lo que ocurre. Nos sentimos ajenos a lo que acontece en diferentes épocas del año, incendios e inundaciones con resultados dramáticos de pérdida y pobreza, sin darnos cuenta que cada pequeño cambio en la naturaleza también nos afecta. Y nuestras conductas afectan casi automáticamente a la tierra, sobre todo aquellas que la explotan, les roban, destruyen o modifican sus componentes o materias, con lo que se busca acrecentar el poder económico. 

El avance tecnológico es también una fábrica de deshechos o basuras, que en cantidad abismante recubre nuestro planeta. El modelo de consumo instaurado, con que solo ganan sus fabricantes y toda la red de quienes forman parte de empresas y consorcios, que incluso explotan el pensamiento humano para crear conductas de uso de cosas que no se requieren, nos ha subyugado siendo también cómplice de esta crisis.

En la reciente Exhortación Apostólica, Laudate Deum, del Papa Francisco, que nos interpela a tomar conciencia del daño planetario, nos muestra “hechos inocultables” de causas humanas que contribuyen a aumentar la velocidad de estos cambios, es “la desbocada intervención humana en estos dos últimos siglos”, el progreso en el que vivimos inmerso, que se ha conseguido en tan poco tiempo a costa de la naturaleza, nos compromete y afecta a todos, eso ya es ineludible. El Papa nos invita a repensar nuestro deber con la naturaleza, que no es “solo un marco” para desarrollar nuestras vidas, nosotros formamos parte de ella. Un ejemplo aterrador es la guerra, que se visibiliza momento a momento en cualquier hogar, allí el uso tecnológico de control y destrucción es enorme, con ello se destruye al hombre, su entorno y al final todos estamos pagando ese juego destructivo. ¿Cuánto cuesta al planeta cada destrucción de sus componentes?. En nuestro país y región, tendremos efectos de esta crisis climática y qué podemos hacer para no provocar desequilibrios?, ¿podemos repensar nuestras conductas?. Por cierto, todos algo podemos hacer, aunque no tengamos el poder de quienes gobiernan las economías ni las tecnologías. Dejemos de eliminar desechos que no son más que materias inútiles, que fabrican otros para hacernos creer que facilitándonos la vida seremos cada vez felices. Cuidemos el agua, nuestros bosques naturales, seamos solidarios en ello, preparémonos para que en el verano no tengamos incendios que nos destruyan a nosotros mismos. 

Francisco nos recuerda el valor de las culturas indígenas que han sido fieles a su cosmovisión y han usado el ambiente creando mejores espacios pero sin destruirlo, ni ponerlo en peligro. Como han dicho los Obispos en el Sínodo de Amazonía: “Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencia contra la vida de los pueblos”. Lo ha dicho también el Papa: “Todo está conectado, nadie se salva solo”.